Santa Teresa Benedicta de la Cruz

Santa Teresa Benedicta de la Cruz, nacida Edith Stein (1891-1942), fue una brillante filósofa judía alemana que se convirtió al catolicismo y posteriormente se hizo carmelita descalza. Discípula de Edmund Husserl, fue una de las primeras mujeres en obtener un doctorado en filosofía en Alemania y pionera en los estudios fenomenológicos y sobre la mujer.

Su conversión al catolicismo en 1922, tras leer la autobiografía de Santa Teresa de Ávila, marcó un punto de inflexión en su vida intelectual y espiritual. Combinó su formación filosófica con una profunda vida mística. En 1933, ingresó al Carmelo de Colonia tomando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Fue arrestada por los nazis en 1942 y murió en la cámara de gas de Auschwitz, ofreciendo su vida por la conversión de su pueblo judío y por la paz.

Edith Stein vivió durante una de las épocas más turbulenta de la historia europea: dos guerras mundiales, el ascenso del nazismo y el Holocausto. Como mujer judía e intelectual, experimentó directamente la discriminación y persecución. Su conversión al catolicismo la situó en una posición única para tender puentes entre judaísmo y cristianismo.

Su obra filosófica se desarrolló en el contexto de la fenomenología alemana, movimiento que revolucionó la filosofía del siglo XX. Como mujer académica, luchó contra las barreras de género en la universidad alemana. Cuando los nazis llegaron al poder, perdió su puesto docente por ser judía. Su entrada al Carmelo fue también una respuesta contemplativa al horror que se avecinaba. Su martirio en Auschwitz la convirtió en símbolo de reconciliación entre judíos y cristianos.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz murió el 9 de agosto de 1942 en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau, junto con su hermana Rosa, que también se había convertido al catolicismo. Fue arrestada el 2 de agosto de 1942 en el Carmelo de Echt (Holanda) durante una redada nazi contra católicos de origen judío.

Fue beatificada en 1987 por Juan Pablo II en Colonia y canonizada en 1998 en Roma. En 1999, el mismo Papa la declaró copatrona de Europa junto con Santa Brígida de Suecia y Santa Catalina de Siena. Su canonización fue un gesto histórico de reconciliación entre la Iglesia y el pueblo judío. Es patrona de Europa y de los filósofos. Su legado intelectual incluye importantes obras sobre fenomenología, antropología filosófica y teología mística.