San Raimundo de Peñafort

San Raimundo de Peñafort (c. 1175-1275) fue un jurista catalán que se convirtió en uno de los grandes santos dominicos del siglo XIII. Nacido cerca de Barcelona, fue un brillante profesor de derecho que dejó una prometedora carrera académica para ingresar en la recién fundada Orden de Predicadores a los 47 años.

Su obra más importante fue la compilación de las "Decretales" por encargo del Papa Gregorio IX, código de derecho canónico que rigió la Iglesia durante siglos. Como Maestro General de los dominicos, promovió las misiones entre musulmanes y judíos, fundando escuelas de lenguas orientales. Su vida estuvo marcada por una austeridad extrema, una dedicación incansable al ministerio de la confesión y numerosos milagros, incluido el famoso episodio de cruzar el Mediterráneo sobre su capa.

Raimundo vivió en plena expansión de la Cristiandad medieval, cuando la Iglesia necesitaba urgentemente organizar su derecho canónico. La aparición de las universidades y el renacimiento del derecho romano exigían una codificación clara de las leyes eclesiásticas. Su trabajo jurídico fue fundamental para la posterior organización de la Iglesia.

Como dominico, participó en el espíritu misionero de la orden hacia musulmanes y judíos, especialmente en España donde coexistían las tres religiones. Promovió el estudio del árabe y el hebreo para una evangelización más eficaz. Su época coincidió con las Cruzadas y la Reconquista, pero él abogó siempre por métodos pacíficos de conversión basados en la razón y el diálogo.

San Raimundo de Peñafort murió el 6 de enero de 1275 en Barcelona, a la extraordinaria edad de casi 100 años. Su fiesta se celebra el 7 de enero para no coincidir con la Epifanía. Había vivido bajo el reinado de doce papas y había sido testigo de transformaciones históricas fundamentales.

Fue canonizado por Clemente VIII en 1601, más de tres siglos después de su muerte, testimonio de la veneración constante que despertó. Su proceso de canonización documentó numerosos milagros, especialmente relacionados con su ministerio como confesor. Es patrono de los canonistas y abogados, y su influencia en el derecho canónico perdura hasta hoy.