San Norberto

San Norberto (c. 1080-1134) fue un noble alemán que experimentó una conversión radical y se convirtió en uno de los grandes reformadores del siglo XII. Nacido en Xanten, Renania, en una familia aristocrática, llevó en su juventud una vida mundana como canónigo de la corte imperial, disfrutando de los privilegios y placeres que le proporcionaba su posición social.

Su conversión fue dramática: durante una tormenta, un rayo cayó cerca de él derribándolo del caballo, experiencia que interpretó como llamada divina a cambiar radicalmente de vida. Renunció a sus beneficios eclesiásticos, vendió sus bienes para darlos a los pobres y se hizo sacerdote. Fundó la Orden de Canónigos Regulares Premonstratenses (Norbertinos) en 1120, combinando vida contemplativa con apostolado activo. Fue nombrado arzobispo de Magdeburgo, donde combatió la herejía y reformó el clero. Su orden se extendió rápidamente por Europa, dedicándose especialmente a la liturgia, la predicación y la educación.

Norberto vivió durante la Reforma Gregoriana y el renacimiento del siglo XII, época de profunda renovación de la Iglesia occidental. Su tiempo coincidió con el surgimiento de nuevas órdenes religiosas (Cister, Cartuja) que buscaban reformar la vida monástica y clerical. El Imperio Germánico experimentaba las tensiones de la querella de las investiduras entre papado e imperio.

Su fundación de Prémontré (1120) respondía a la necesidad de reformar el clero secular, combinando la observancia regular con el ministerio pastoral activo. Los Premonstratenses se distinguieron por su liturgia solemne, su predicación popular y su trabajo educativo. Como arzobispo de Magdeburgo (1126-1134), Norberto enfrentó la resistencia del clero corrupto y la hostilidad de los nobles locales, pero logró implementar las reformas gregorianas en una de las sedes más importantes del Imperio.

San Norberto murió el 6 de junio de 1134 en Magdeburgo, a los 54 años, después de 8 años de intenso trabajo pastoral como arzobispo. Sus últimos años los dedicó a consolidar las reformas iniciadas y a fortalecer su orden religiosa, que ya se había extendido por varios países europeos.

Fue canonizado en 1582 por Gregorio XIII. Su orden de Canónigos Regulares Premonstratenses (también llamados Norbertinos) continuó su obra educativa y pastoral, estableciendo importantes centros de estudios y parroquias por toda Europa y posteriormente en América. Son especialmente conocidos por su dedicación a la liturgia solemne y la educación. Su conversión radical sigue siendo modelo para quienes buscan reorientar su vida hacia valores más profundos.