San Juan Evangelista

El discípulo amado y águila de los evangelistas

Se celebra el 27 de diciembre

¿Quién fue San Juan Evangelista?

San Juan Evangelista, llamado «el discípulo amado», fue uno de los doce apóstoles y el más joven del grupo. Hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, fue pescador en el lago de Galilea antes de seguir a Jesús. Es el único evangelista que fue testigo presencial de la vida de Cristo.

Su cercanía especial con Jesús le permitió presenciar momentos únicos: la Transfiguración, la agonía en Getsemaní, y desde la cruz recibió el encargo de cuidar a María como madre. Escribió el Cuarto Evangelio, tres cartas apostólicas y el Apocalipsis. Su teología profunda sobre el amor divino y la divinidad de Cristo lo convierte en el «teólogo» por excelencia entre los apóstoles. Murió en Éfeso como el último de los Doce, siendo el único que no sufrió martirio.

Discípulo amado Evangelista Apóstol Teólogo del amor

Contexto Histórico

Juan vivió a caballo entre el siglo I y II, siendo testigo tanto de la vida de Jesús como del desarrollo de la Iglesia primitiva. Después de la Resurrección, permaneció en Jerusalén junto a Pedro, pero hacia el año 70 se trasladó a Éfeso, en Asia Menor, donde estableció una floreciente comunidad cristiana.

Durante el reinado de Domiciano (81-96), fue exiliado a la isla de Patmos por su fe cristiana, donde recibió las visiones del Apocalipsis. Tras regresar a Éfeso, escribió su Evangelio hacia el año 90-100, cuando ya era muy anciano. Su comunidad enfrentaba las primeras herejías que negaban la divinidad de Cristo, lo que explica el énfasis teológico de sus escritos en la verdadera naturaleza divina y humana de Jesús.

¿Por qué el 27 de diciembre?

San Juan Evangelista murió en Éfeso alrededor del año 100, siendo el último de los apóstoles en morir y el único que murió de muerte natural. La tradición sitúa su fiesta el 27 de diciembre, dentro de la octava de Navidad, junto a San Esteban (26) y los Santos Inocentes (28).

Esta proximidad a la Navidad no es casual: Juan fue quien mejor comprendió y expresó el misterio de la Encarnación con su prólogo «En el principio era el Verbo». Su festa en estos días navideños nos recuerda que él fue el testigo privilegiado del Verbo hecho carne, y quien recibió de Jesús crucificado el cuidado de María, la Madre de Dios.

100 año aprox. de su muerte
90-100 redacción del Evangelio

«En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios»

💫 Su Relevancia Hoy

En una época de secularización y relativismo, San Juan Evangelista nos ofrece la contemplación profunda del misterio de Cristo como camino hacia la verdad. Su mensaje central «Dios es amor» sigue siendo revolucionario para nuestro tiempo. Su longevidad y fidelidad nos enseñan la importancia de la perseverancia en la fe. Para teólogos, contemplativos y todos los que buscan profundizar en el misterio divino, Juan sigue siendo el maestro por excelencia del amor divino.

Reflexión del Día

«San Juan, discípulo amado, enséñanos a recostar nuestra cabeza en el corazón de Jesús para escuchar los latidos de su amor infinito. Ayúdanos a contemplar y anunciar que Dios es amor, y que quien permanece en el amor permanece en Dios.»

— Inspirado en su teología del amor

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