Natividad del Señor

La Natividad del Señor es la solemnidad cristiana que celebra el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Según los Evangelios de Mateo y Lucas, Jesús nació en Belén de Judea durante el reinado de Herodes el Grande, de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. Su nacimiento cumple las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento y marca el inicio de la era cristiana.

La Navidad celebra el misterio central de la fe cristiana: la Encarnación del Verbo divino. En Jesús, la naturaleza divina y humana se unen hipostáticamente en una sola Persona, haciendo posible la redención de la humanidad. Su nacimiento pobre en un pesebre, anunciado por ángeles a pastores humildes, revela el estilo de Dios que elige la humildad para manifestar su gloria. La Navidad es tiempo de alegría, paz, reconciliación y esperanza, recordando que "Dios con nosotros" ha venido a salvarnos del pecado y la muerte.

Jesús nació durante el Imperio Romano, en la "plenitud de los tiempos" cuando la paz augustea facilitaba las comunicaciones y el helenismo había universalizado la cultura. Palestina estaba bajo dominio romano directo o através de reyes vasallos como Herodes. El judaísmo vivía intensa expectación mesiánica, esperando la liberación política y religiosa prometida por los profetas.

La celebración navideña del 25 de diciembre fue establecida oficialmente en Roma hacia el 336, durante el reinado de Constantino, sustituyendo cristianamente las festividades paganas del "Sol Invictus". La elección de esta fecha simboliza que Cristo es el verdadero Sol de justicia que ilumina al mundo. Desde Roma, la celebración se extendió a todo el Imperio y posteriormente al mundo entero, convirtiéndose en la festividad cristiana más universal y culturalmente influyente de la historia.

La fecha del 25 de diciembre fue establecida por la Iglesia romana en el siglo IV, aunque la fecha histórica exacta del nacimiento de Jesús es incierta. La elección respondió a razones teológicas y pastorales: cristianizar las festividades paganas del solsticio de invierno y proclamar a Cristo como el verdadero "Sol de justicia".

El simbolismo es profundo: en el momento de mayor oscuridad del año (solsticio), nace la Luz del mundo. La fecha se estableció universalmente y ha perdurado durante diecisiete siglos, convirtiéndose en celebración que trasciende las fronteras religiosas. La Navidad marca el centro del año litúrgico y cultural occidental, siendo festividad de paz, familia y solidaridad que ha inspirado innumerables obras de arte, música y literatura. Su mensaje de esperanza y amor divino sigue siendo revolucionario en cualquier época.