San Pablo Chong Hasang y Compañeros

Los 103 mártires de Corea, testigos de la fe en el Reino Ermitaño

Se celebra el 20 de septiembre

¿Quiénes fueron?

San Pablo Chong Hasang (1795-1839) y sus 102 compañeros fueron mártires coreanos canonizados por Juan Pablo II en 1984, representando el heroísmo de la Iglesia coreana primitiva. Pablo Chong, hijo del mártir Agustín Chong Yakjong, destacó como líder laico que dedicó su vida a traer sacerdotes católicos a Corea cuando la Iglesia existía solo con laicos. Los 103 mártires incluyen el primer sacerdote coreano (San Andrés Kim Taegon), religiosas, nobles, plebeyos y hasta un niño de 13 años.

Estos santos representan la singularidad del cristianismo coreano: una Iglesia fundada enteramente por laicos sin misioneros extranjeros. Durante casi 50 años (1784-1834), la comunidad cristiana coreana creció y se organizó exclusivamente por iniciativa de laicos que habían conocido el catolicismo a través de libros chinos. Enfrentaron cuatro grandes persecuciones (1801, 1827, 1839, 1866) donde demostraron extraordinaria fidelidad, prefiriendo la muerte a la apostasía. Su testimonio estableció sólidas bases para el florecimiento actual del catolicismo en Corea.

Mártires coreanos Iglesia de laicos Persecución religiosa Testimonio heroico

Contexto Histórico

La Corea de los siglos XVIII-XIX era el "Reino Ermitaño", cerrado herméticamente al mundo exterior bajo la dinastía Yi (Joseon). El confucianismo era ideología estatal y cualquier religión extranjera se consideraba amenaza política. El cristianismo llegó en 1784 cuando el noble Yi Sung-hun se bautizó en Beijing, regresando con libros católicos que circularon entre intelectuales coreanos.

Las persecuciones respondían tanto a motivos religiosos como políticos: el cristianismo se percibía como doctrina subversiva que amenazaba el orden confuciano, la autoridad real y las alianzas con China. Los cristianos rechazaban los ritos ancestrales, considerados pilares de la sociedad coreana, y proclamaban igualdad entre clases sociales. Las cuatro grandes persecuciones (Sinyu 1801, Jeonghaehak 1827, Gihae 1839, Byeongbok 1866) fueron sistemáticas y brutales, pero fortalecieron paradójicamente la fe de los sobrevivientes y atrajeron nuevos convertidos por el testimonio heroico de los mártires.

¿Por qué el 20 de septiembre?

El 20 de septiembre no corresponde a una fecha específica de martirio, sino que fue elegida por la Iglesia para honrar conjuntamente a los 103 mártires coreanos canonizados. Sus martirios se extendieron a lo largo de casi un siglo (1791-1888), con la mayoría concentrada en las persecuciones de 1839 y 1866. Pablo Chong Hasang fue ejecutado el 22 de septiembre de 1839 en Seosomun (Pequeña Puerta Occidental), Seoul.

La fecha fue establecida tras la canonización de 1984, buscando una celebración unificada que honrara el conjunto del martirologio coreano sin privilegiar fechas individuales. Esta decisión refleja la naturaleza comunitaria del testimonio coreano: más que héroes individuales, fueron una Iglesia entera que prefirió la muerte a la apostasía. El 20 de septiembre se convirtió así en fiesta nacional tanto religiosa como cultural en Corea del Sur, celebrando las raíces cristianas de la nación y el heroísmo de estos precursores de la libertad religiosa.

103 mártires canonizados
1984 canonización

"Preferimos morir antes que abandonar nuestra fe"

💫 Su Relevancia Hoy

Los mártires coreanos son profundamente relevantes para las Iglesias en contextos hostiles y para los laicos comprometidos. Su ejemplo inspira a cristianos que enfrentan persecución religiosa en regímenes totalitarios. Para las Iglesias jóvenes, demuestran que el cristianismo puede echar raíces profundas en cualquier cultura. Su modelo de Iglesia laical es especialmente significativo en épocas de escasez sacerdotal, mostrando que los laicos pueden liderar, evangelizar y mantener comunidades de fe. Su testimonio de unidad entre clases sociales sigue siendo revolucionario en sociedades desiguales.

Reflexión del Día

"Santos mártires de Corea, que supisteis conservar la fe en medio de la persecución más cruel, enséñanos el valor de permanecer fieles a Cristo cueste lo que cueste. Inspirad a los laicos a asumir su responsabilidad en la evangelización y ayudadnos a construir comunidades donde reine la justicia y la fraternidad que vosotros testimoniásteis."

— Inspirado en el heroísmo de la Iglesia coreana primitiva

¿Te llamas Pablo, Andrés o algún nombre coreano?

Conecta con estos heroicos mártires de Corea y descubre cómo tu nombre puede inspirar tu compromiso laical y fidelidad inquebrantable.

Descubre el significado de tu nombre