San Atanasio

San Atanasio (c. 296-373) fue el gran patriarca de Alejandría y Doctor de la Iglesia que dedicó su vida entera a defender la divinidad de Cristo contra la herejía arriana. Conocido como "el Padre de la Ortodoxia" y "Atanasio contra el mundo" (Athanasius contra mundum), se mantuvo firme en la fe nicena cuando gran parte de la cristiandad, incluidos emperadores y obispos, había cedido al arrianismo que negaba la divinidad plena de Jesucristo.

Discípulo del patriarca Alejandro, participó siendo aún diácono en el Concilio de Nicea (325) donde se condenó el arrianismo. Como patriarca de Alejandría desde 328, escribió obras teológicas fundamentales como "Contra los arrianos" y la "Vida de San Antonio", que introdujo el monacismo en Occidente. Sufrió cinco exilios por su fidelidad doctrinal, pasando diecisiete años de su episcopado en el destierro. Su tenacidad teológica preservó para la posteridad la doctrina cristiana sobre la divinidad de Cristo, sentando las bases de la cristología ortodoxa que perdura hasta hoy.

Atanasio vivió en el momento más crítico de la Iglesia primitiva, cuando el arrianismo amenazaba con destruir la fe cristiana desde dentro. Arrio, presbítero alejandrino, enseñaba que Cristo era inferior al Padre, criatura superior pero no verdadero Dios, negando así la Encarnación real y vaciando de sentido la Redención. Esta doctrina, aparentemente más "racional", sedujo a intelectuales, cortesanos y hasta emperadores como Constancio II.

El genio de Atanasio consistió en demostrar que el arrianismo, lejos de ser una sutileza teológica, destruía el corazón del cristianismo: si Cristo no es verdadero Dios, no puede salvarnos realmente. Su famosa fórmula "Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios" resume la soteriología cristiana auténtica. Durante décadas resistió presiones imperiales, traiciones episcopales y campañas de desprestigio, manteniendo viva la llama de Nicea cuando parecía extinguirse. Su correspondencia con el Papa de Roma y su alianza con los monjes del desierto crearon una red de resistencia ortodoxa que finalmente triunfó en el Concilio de Constantinopla (381).

San Atanasio murió el 2 de mayo de 373 en Alejandría, tras haber regresado de su quinto y último exilio. Esta fecha marca el dies natalis del gran campeón de la ortodoxia, quien pudo ver antes de morir cómo la fe nicena comenzaba a restaurarse en el Imperio. La celebración en mayo, mes tradicionalmente mariano, es apropiada pues Atanasio fue también gran defensor de la maternidad divina de María, consecuencia lógica de la divinidad de Cristo.

La festividad del 2 de mayo permite a la Iglesia honrar al santo en tiempo pascual, cuando se contempla especialmente el misterio de Cristo resucitado. Es profundamente simbólico que Atanasio, quien defendió que solo un Dios verdadero podía vencer realmente la muerte, sea celebrado en la estación de la Resurrección. Su memoria en este tiempo litúrgico recuerda que la ortodoxia cristiana no es rigidez dogmática sino fidelidad al Cristo vivo que venció la muerte porque era verdaderamente Dios y verdaderamente hombre.