San Gregorio de Nisa

San Gregorio de Nisa (c. 335-394) fue hermano menor de San Basilio Magno y uno de los tres "Padres Cappadocios" que definieron la ortodoxia trinitaria. Considerado el más especulativo y místico de los tres, combinó la filosofía platónica con la teología cristiana de manera magistral, siendo llamado "Padre de la Teología Mística". Inicialmente se dedicó a la retórica y se casó, pero tras la muerte de su esposa abrazó la vida monástica bajo la influencia de su hermano Basilio y su hermana Santa Macrina.

Nombrado obispo de Nisa por Basilio en 372, desarrolló una teología profundamente contemplativa centrada en el concepto de "epéktasis" (progreso infinito del alma hacia Dios). Sus obras maestras incluyen "Vida de Moisés", "Comentario al Cantar de los Cantares" y "Sobre la vida de Macrina", donde establece los fundamentos de la espiritualidad mística cristiana. Participó decisivamente en el Concilio de Constantinopla I (381), contribuyendo a la derrota definitiva del arrianismo. Su síntesis entre filosofía griega y fe cristiana influyó profundamente en la tradición espiritual oriental y occidental, siendo precursor de grandes místicos como Dionisio Areopagita y Juan de la Cruz.

Gregorio vivió durante el apogeo de la crisis arriana del siglo IV, cuando la Iglesia necesitaba no solo refutar herejías sino también desarrollar una espiritualidad profunda que sostuviera la fe ortodoxa. Su época coincidió con el florecimiento del monacato capadocio, iniciado por su hermana Macrina, y el renacer de la filosofía cristiana tras las persecuciones. Capadocia se había convertido en el centro intelectual más importante del cristianismo oriental.

Su obra se desarrolló en el contexto post-niceno, cuando la Iglesia necesitaba pasar de la polémica antiarriana a la construcción positiva de la doctrina trinitaria y la espiritualidad cristiana. Gregorio fue exiliado brevemente por el emperador arriano Valente (375-378), experiencia que profundizó su comprensión del sufrimiento como camino místico. Su participación en el Concilio de Constantinopla I fue crucial para establecer la terminología trinitaria definitiva. Su síntesis entre cultura helénica y fe cristiana representó el modelo de inculturación que la Iglesia adoptaría en su expansión por el mundo grecorromano, demostrando que la filosofía podía servir a la teología sin comprometer la pureza doctrinal.

San Gregorio de Nisa murió el 10 de enero de 394 en su sede episcopal, donde había servido durante más de veinte años como pastor y teólogo. Su muerte marcó el fin de la generación de los Padres Cappadocios que habían consolidado la victoria de la ortodoxia trinitaria. Fue sepultado en Nisa, donde inmediatamente comenzó su veneración como santo y doctor.

La fecha del 10 de enero tiene simbolismo místico: en pleno invierno, cuando la naturaleza parece muerta, Gregorio enseñó que el alma puede experimentar su mayor crecimiento espiritual en las noches oscuras del espíritu. Su festividad al inicio del año inspira el "epéktasis" o progreso constante hacia Dios que caracterizó su espiritualidad. La celebración en enero, mes de nuevos propósitos, invita a iniciar el camino místico de ascensión que Gregorio describió magistralmente. Su muerte en enero simboliza que el verdadero nacimiento del alma ocurre cuando muere a las cosas terrenas para vivir en Dios, tema central de toda su obra teológica.