Ascensión del Señor

La gloriosa subida de Cristo al cielo y su señorío universal

Se celebra el 29 de mayo

¿Qué es la Ascensión del Señor?

La Ascensión del Señor es la solemnidad que celebra la subida gloriosa de Jesucristo resucitado al cielo, cuarenta días después de la Resurrección, según narran los evangelios de Lucas y Marcos, y los Hechos de los Apóstoles. Este misterio revela que Cristo, tras completar su misión redentora en la tierra, retorna al Padre llevando consigo la naturaleza humana glorificada, sentándose a la derecha del Padre como Señor de cielos y tierra.

La Ascensión no es un alejamiento sino la culminación de la cercanía: Cristo asciende para preparar lugar a los suyos y enviar el Espíritu Santo desde el Padre. Marca el final de las apariciones pascuales y el inicio del tiempo de la Iglesia, cuando los discípulos, fortalecidos por la promesa del Paráclito, salen a evangelizar hasta los confines de la tierra. Dogma central del cristianismo, la Ascensión proclama la exaltación definitiva de Cristo como Rey universal, Sumo Sacerdote eterno y Mediador único entre Dios y los hombres, garantizando que donde Él está, cabeza gloriosa, también estaremos nosotros, sus miembros.

Glorificación de Cristo Señorío universal Promesa del Espíritu Misión apostólica

Contexto Histórico

La Ascensión ocurrió cuarenta días después de la Resurrección, en el Monte de los Olivos cerca de Betania, ante los once apóstoles y otros discípulos. Este período de cuarenta días había sido utilizado por Jesús para instruir definitivamente a sus seguidores sobre el Reino de Dios, aparecerse a diversos grupos (hasta 500 hermanos según San Pablo) y consolidar su fe en la Resurrección antes de su partida visible.

El número cuarenta tiene significado bíblico profundo: como el diluvio, el tiempo de Moisés en el Sinaí, la permanencia en el desierto y el ayuno de Jesús, marca períodos de preparación y transición hacia realidades nuevas. La Ascensión desde el Monte de los Olivos cumple profecías del Antiguo Testamento y prepara el escenario para Pentecostés. Los discípulos, que habían huido durante la Pasión, ahora contemplan llenos de fe y esperanza la glorificación de su Maestro, comprendiendo finalmente que su Reino no es de este mundo pero sí para este mundo. La promesa de que "volverá del mismo modo" mantiene viva la esperanza en la Parusía.

¿Por qué el 29 de mayo?

En 2025, la Ascensión del Señor se celebra el 29 de mayo por caer en el jueves de la sexta semana de Pascua, exactamente cuarenta días después del Domingo de Resurrección (20 de abril). Esta fecha es móvil, dependiendo del calendario pascual, y tradicionalmente se celebra en jueves por ser el día histórico de la Ascensión, aunque en muchos países se traslada al domingo siguiente.

La celebración cuarenta días después de Pascua respeta la cronología evangélica y crea un período de preparación hacia Pentecostés, que ocurrirá diez días después (8 de junio). Esta secuencia litúrgica permite vivir el ritmo de la historia salvífica: Resurrección, apariciones pascuales, Ascensión, novena de oración en el Cenáculo y efusión del Espíritu Santo. La fecha en mayo, mes mariano, es especialmente apropiada pues María estuvo presente en el Cenáculo tanto durante la Ascensión como en la preparación para Pentecostés, siendo Madre de la Iglesia naciente. La Ascensión en mayo corona las apariciones pascuales y prepara el nacimiento pentecostal de la Iglesia misionera.

40 días después de Pascua
10 días antes de Pentecostés

"Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura"

💫 Su Relevancia Hoy

La Ascensión del Señor mantiene extraordinaria relevancia en una época de crisis de esperanza y sentido trascendente. Proclama que la historia humana tiene destino glorioso y que nuestras luchas presentes no son vanas sino preparación para la gloria futura. Para cristianos que viven en sociedades secularizadas, la Ascensión recuerda que Cristo reina sobre todos los poderes terrenales, relativizando las ideologías políticas y económicas absolutistas. Su promesa de volver mantiene viva la esperanza escatológica frente al pesimismo contemporáneo. La misión universal que Cristo encomienda antes de ascender interpela a todos los bautizados a ser evangelizadores en sus ambientes. Para quienes sufren, la Ascensión garantiza que donde está Cristo glorificado, allí estaremos también nosotros.

Reflexión del Día

"Señor Jesús, que asciendes glorioso al cielo llevando nuestra naturaleza humana hasta el trono del Padre, haznos comprender que nuestro destino es la gloria eterna contigo. Ayúdanos a vivir ya desde ahora como ciudadanos del cielo, trabajando por tu Reino en la tierra. Que la esperanza de tu venida gloriosa transforme nuestras vidas y nos impulse a ser testigos valientes de tu Evangelio hasta los confines del mundo."

— Oración en la Ascensión del Señor

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