San Lorenzo Ruiz y Compañeros

San Lorenzo Ruiz (c. 1594-1637) fue el primer santo filipino y protomártir de su país, canonizado junto con 15 compañeros mártires en 1987 por Juan Pablo II. Lorenzo era un laico casado, padre de familia, escribano y catequista en Manila, de ascendencia china-filipina. En 1636 se embarcó hacia Japón con misioneros dominicos, posiblemente huyendo de acusaciones falsas, sin saber que se dirigía hacia una persecución feroz contra los cristianos.

Los 16 mártires (Lorenzo Ruiz y 15 compañeros: dominicos, franciscanos, agustinos y un jesuita, incluyendo japoneses conversos) representan la internacionalidad del cristianismo y el heroísmo de diferentes estados de vida: sacerdotes, religiosos, laicos, solteros y casados. Fueron torturados mediante el terrible suplicio del "ana-tsurushi" (colgados cabeza abajo sobre pozos sépticos) en Nagasaki entre 1633-1637. Su testimonio demostró que la fe cristiana había echado raíces profundas tanto en Filipinas como en Japón, resistiendo incluso las persecuciones más brutales del shogunato Tokugawa.

Lorenzo Ruiz vivió durante el período de intensa evangelización española en Filipinas (1565-1898) y la simultánea persecución anticristiana en Japón bajo el shogunato Tokugawa (1603-1868). Japón había expulsado a los misioneros y prohibido el cristianismo en 1614, temiendo que fuera preludio de invasión extranjera. Miles de cristianos japoneses fueron martirizados en una de las persecuciones más sistemáticas de la historia.

El martirio de Lorenzo y sus compañeros ocurrió en Nagasaki, puerto donde habían llegado los primeros misioneros jesuitas con San Francisco Javier (1549). La ciudad se había convertido en bastión cristiano antes de la persecución. Los métodos de tortura japoneses eran especialmente refinados y crueles, diseñados para quebrar la voluntad y forzar la apostasía pública. El testimonio de estos mártires demostró que el cristianismo había transcendido barreras culturales y nacionales, creando una verdadera comunión internacional de fe que resistía incluso ante la muerte más cruel.

San Lorenzo Ruiz murió mártir el 28 de septiembre de 1637 en Nagasaki, tras soportar el terrible suplicio del "ana-tsurushi" durante tres días. Sus últimas palabras fueron: "Soy cristiano y moriré por Dios, y daría miles de vidas si las tuviera". La fecha marca también el dies natalis de varios de sus compañeros mártires que sufrieron el mismo suplicio en fechas cercanas.

La festividad conjunta del 28 de septiembre, establecida tras su canonización en 1987, honra la comunión de estos mártires que representaron diferentes naciones, órdenes religiosas y estados de vida unidos en el mismo testimonio de fe. La fecha es especialmente significativa para las Iglesias de Asia, demostrando que el cristianismo no es religión occidental sino universal. En Filipinas es fiesta nacional, celebrando el orgullo de tener el primer santo canonizado del archipiélago y modelo de laico comprometido que prefirió la muerte a la apostasía.