San Juan de Capistrano

San Juan de Capistrano (1386-1456) fue un franciscano italiano, predicador extraordinario y defensor de la cristiandad contra el avance otomano. Nacido en Capistrano, Abruzos, estudió derecho en Perugia y ejerció como jurista y gobernador antes de su conversión religiosa. Tras enviudar joven, ingresó en los franciscanos observantes, convirtiéndose en el más grande orador sagrado de su época.

Recorrió Europa predicando la reforma de costumbres y organizando la resistencia contra los turcos otomanos que amenazaban la cristiandad. Su predicación provocaba conversiones masivas y fenómenos extraordinarios. Fue enviado como legado papal a Hungría para organizar la defensa contra los turcos, participando heroicamente en la liberación de Belgrado (1456) donde su presencia en el campo de batalla inspiró la victoria cristiana. Murió poco después agotado por sus esfuerzos. Es patrono de los juristas y modelo de evangelizador que combinó palabra y acción heroica.

Juan de Capistrano vivió durante el siglo XV, época de crisis para la cristiandad europea: el Gran Cisma de Occidente había dividido la Iglesia, la herejía husita amenazaba Bohemia, y el Imperio Otomano avanzaba imparablemente hacia Europa tras conquistar Constantinopla (1453). Su misión fue reunificar y defender la cristiandad fragmentada.

Su predicación contribuyó a la reforma de la Iglesia antes de la Reforma protestante, combatiendo la corrupción clerical y promoviendo la renovación espiritual. La victoria de Belgrado (1456), en la que participó decisivamente, detuvo temporalmente el avance turco hacia el corazón de Europa. Su influencia se extendió desde Italia hasta Polonia y Hungría, siendo considerado el "Apóstol de Europa" por su labor evangelizadora y unificadora. Su canonización en 1724 reconoció que había sido instrumento providencial para preservar la fe cristiana en momentos críticos.

San Juan de Capistrano murió el 23 de octubre de 1456 en Ilok, Croacia, pocos meses después de la victoria de Belgrado, agotado por sus incesantes esfuerzos apostólicos y militares. Sus últimas palabras fueron de acción de gracias por haber podido servir a Cristo y a la Iglesia hasta el final de sus fuerzas.

Fue canonizado en 1724 por Benedicto XIII. Es patrono de los juristas (por su formación legal), de los capellanes militares y de quienes defienden la fe cristiana. Su festividad en octubre, mes de las misiones, subraya que la evangelización puede requerir también la defensa física de la cristiandad. Su influencia perdura en la familia franciscana y en quienes combinan contemplación y acción heroica al servicio de la Iglesia.