San Canuto

San Canuto IV (c. 1043-1086) fue rey de Dinamarca desde 1080 hasta su muerte, considerado el último rey vikingo y el primer monarca danés verdaderamente cristiano. Hijo del rey Svend II Estridsen, recibió una educación cristiana que transformó radicalmente su perspectiva del poder real. A diferencia de sus predecesores vikingos, Canuto concibió la realeza como servicio a Dios y al pueblo, dedicando su reinado a la evangelización completa de Dinamarca y la construcción de una sociedad cristiana.

Su gobierno se caracterizó por la promoción intensa del cristianismo: construyó iglesias y monasterios, estableció el diezmo eclesiástico, otorgó privilegios al clero y promulgó leyes inspiradas en principios cristianos. Protegió especialmente a los pobres y débiles, siendo el primer rey nórdico en abolir la esclavitud en sus dominios. Su piedad personal era legendaria: asistía diariamente a misa, practicaba largas vigilias de oración y distribuía generosamente limosnas. Fue asesinado el 10 de julio de 1086 en la iglesia de San Albano en Odense por nobles rebeldes que se oponían a sus reformas cristianas, convirtiéndose así en mártir de la fe y de la justicia social.

Canuto reinó durante la cristianización final de Escandinavia, proceso que había comenzado dos siglos antes pero que aún enfrentaba resistencias paganas profundas. Su época coincidió con la Reforma Gregoriana y las Cruzadas, cuando la Iglesia promovía la idea del rex christianus (rey cristiano) como instrumento de evangelización y justicia. Dinamarca era la puerta de entrada del cristianismo a los países nórdicos.

Su reinado presenció la tensión entre la tradición vikinga (basada en la guerra, el saqueo y la religión pagana) y los valores cristianos (paz, justicia y caridad). La nobleza danesa se resistía a las reformas de Canuto porque amenazaban sus privilegios tradicionales: el diezmo reducía sus ingresos, la protección de los pobres limitaba su poder señorial, y la moral cristiana condenaba la violencia arbitraria. Su asesinato representó la última resistencia del paganismo nórdico, pero su martirio aceleró paradójicamente la conversión definitiva de Dinamarca. Su hijo Erik I continuó la obra cristianizadora, y Dinamarca se convirtió en una de las naciones más sólidamente católicas de Europa medieval.

San Canuto fue asesinado el 10 de julio de 1086, pero su festividad se celebra el 19 de enero, fecha de la traslación de sus reliquias en 1095. Nueve años después de su muerte, cuando los milagros atribuidos a su intercesión se multiplicaron, sus restos fueron solemnemente trasladados a un lugar más digno en la catedral de Odense, iniciándose así su veneración oficial como mártir y santo.

La elección de enero para su festividad tiene simbolismo real: enero es el mes de los reyes magos que adoraron al Rey de reyes, y Canuto fue el rey que subordinó completamente su poder temporal a Cristo Rey. Su celebración en enero, mes de nuevos comienzos, recuerda que inauguró una nueva era de cristiandad en el norte de Europa. La festividad del 19 de enero se estableció cuando Dinamarca reconoció oficialmente su santidad, convirtiéndose en el patrono nacional danés. Su veneración se extendió por toda Escandinavia, siendo invocado como protector de reyes cristianos y modelo de gobernante justo.