San Sebastián

San Sebastián (c. 256-288) fue un soldado romano y mártir cristiano durante la persecución de Diocleciano. Nacido en Narbona (Francia) pero criado en Milán, se alistó en la guardia pretoriana del emperador Diocleciano hacia 283. Su posición militar le permitía ayudar secretamente a los cristianos perseguidos, visitando prisioneros, dándoles ánimo y facilitando sepultura a los mártires.

Cuando fue descubierto como cristiano, Diocleciano se sintió traicionado por quien consideraba un soldado leal. Sebastián fue condenado a morir asaeteado por arqueros númidas. Milagrosamente sobrevivió y fue curado por Santa Irene, pero en lugar de huir, se presentó ante el emperador para reprocharle sus crímenes contra los cristianos. Finalmente fue ejecutado a bastonazos. Su culto se extendió rápidamente y se convirtió en uno de los santos más venerados, especialmente como protector contra las epidemias.

Sebastián vivió durante el reinado de Diocleciano (284-305), quien inició la última y más cruel persecución contra los cristianos. Como miembro de la guardia pretoriana, tenía acceso directo al emperador y a los círculos de poder, lo que le permitía interceder por los cristianos prisioneros y conocer de antemano las medidas represivas.

Su martirio ocurrió probablemente en Roma hacia 288, en el hipódromo de Domiciano (actual Piazza Navona). La imagen del joven atlético atravesado por flechas se convirtió en uno de los temas favoritos del arte renacentista. Su asociación con la protección contra epidemias surgió en el siglo VII, cuando una plaga que asolaba Roma cesó tras invocar su intercesión.

San Sebastián murió el 20 de enero del año 288 en Roma, ejecutado por orden directa del emperador Diocleciano. Su cuerpo fue arrojado a la Cloaca Máxima, pero la matrona cristiana Lucina lo recuperó tras una visión del santo y lo sepultó en las catacumbas de la Vía Apia.

Su festividad se consolidó muy temprano en el calendario romano y se extendió por toda la Cristiandad. Durante la Edad Media se convirtió en una de las festividades más populares, especialmente en tiempos de epidemias. Hoy es patrono de atletas, soldados, arqueros y protector contra las enfermedades contagiosas. Su basílica en Roma, construida sobre su sepulcro, es lugar de peregrinación desde el siglo IV.